En los últimos años ha incrementado la rinitis alérgica.
De acuerdo con Beatriz Rodríguez Jiménez, jefa de Sección de Alergología del Hospital Universitario de Getafe en Madrid, ha incrementado de manera progresiva la rinitis alérgica en los últimos años. Se estima que la rinitis alérgica afecta mundialmente en un 10 y 25% y es causada principalmente por el ambiente y por la genética.
La rinitis alérgica es la inflamación de la membrana mucosa de la nariz y los síntomas suelen ser similares a los de un resfriado; comúnmente los síntomas aparecen en el transcurso de 2 o más días seguidos y tiene una duración aproximada de más de 1 hora.
Principalmente los síntomas pueden ser picor de la nariz y ojos, estornudos frecuentes, secreciones nasales, enrojecimiento y ojos llorosos (conjuntivitis alérgica) y taponamiento nasal. La alergia generalmente comienza al estar en contacto con algún alérgeno y cede por completo con un antihistamínico o al alejarse o apartarse del causante de la alergia.
Las rinitis alérgica es causada principalmente por aeroalergenos que se encuentran en el interior, exterior o en el lugar de trabajo como los ácaros del polvo, situados generalmente en los colchones, camas, muebles, alfombras, muñecos, cortinas, etc; hongos atmosféricos y polen o esporas, localizados en algunas plantas y son transportados por el viento; epitelios animales, las mascotas que son causa frecuente de alergias son los perros, gatos, roedores y conejos; entre otros.
¿Cómo se puede diagnosticar la rinitis alérgica?
La rinitis alérgica se diagnostica a través de pruebas cutáneas para alergias, la cual consiste en aplicar sobre el antebrazo distintas gotas separadas y organizadas de diferentes soluciones preparadas que son potencialmente alergénicas como ácaros, extractos de plantas, alimentos, pólenes o medicamentos, posteriormente se pincha con una aguja sobre la gota con la finalidad de que la solución se introduzca en la capa superficial de la piel y se espera aproximadamente de 15 a 20 minutos que la piel reaccione ante las diferentes soluciones.
Es recomendable que frecuentemente reduzca los ácaros del polvo y el polvo del hogar, utilizar deshumidificadores, instalar filtros de aire, evitar exponerse al polen de las plantas, controlar el moho en espacios interiores, entre otros.